Seguro que alguna vez te han hecho un análisis de sangre.
*Te han pinchado para sacarte una muestra de sangre con una jeringuilla.
*La han llevado a un laboratorio para estudiar todos y cada uno de sus componentes.
*Y te han devuelto un informe escrito con los resultados obtenidos.
Pues bien, eso mismo vamos a hacer nosotros. Sólo que, en vez de analizar sangre, lo haremos con el lenguaje, es decir, con las palabras.
A partir de este momentos nos convertimos en científicos, dispuestos a investigar hasta lo más profundo de cuánta palabra se ponga a nuestro alcance.
A partir de este momentos nos convertimos en científicos, dispuestos a investigar hasta lo más profundo de cuánta palabra se ponga a nuestro alcance.
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